domingo, 10 de enero de 2010

los motivos del escudo de la UNAM


"El hallazgo de un lema que complementara el nuevo escudo de la Universidad Nacional de México me resultó indispensable para formular el propósito y la orientación de la Universidad que se lanzaba al destino por el impulso de la Revolución. Me tocó rescatar nuestro primer instituto tradicional de enseñanza". Así comenzaba José Vasconcelos su controvertido discurso titulado"Los Motivos del Escudo". Conforme avanzaba en la lectura, sus palabras incomodaron a más que uno. Al terminar, no pocos lo tacharon de "reaccionario" y "conservador". Incluso lo acusaron de "amargado". Vasconcelos sostenía que desde 1920, el verdadero lema de la Universidad Nacional -producto de su profunda reflexión- era sin más: "Por mi raza hablará el Espíritu Santo", "Usé la vaga palabra "Espíritu" -escribió el Maestro- que en le lema significa la presencia de Dios, cuyo nombre nos prohíbe mencionar, dentro del mundo oficial, la Reforma protestante que todavía no ha sido posible desenraizar de las Constituciones del 57 y del 17. Yo sé que no hay otro espíritu válido que el Espíritu Santo". El otrora secretario de Educación Pública argumentó que durante su etapa como rector imperaba un profundo jacobinismo en el grupo revolucionario por lo cual hubiera sido una locura impulsar el lema universitario en su sentido cristiano. La rectificación llegaba 33 años después -en 1953-, cuando había vuelto a la profunda religiosidad de su infancia y juventud y era un crítico consumado del sistema político mexicano.
Sin embargo, en su fuero interno, Vasconcelos sabía que el escudo universitario y su lema original, fue planteado como un símbolo de unidad donde convergían la historia común de la América Española , su cultura, su pensamiento y su reflexión. La Universidad, desde entonces, debía ser un bastión del conocimiento para iluminar el destino de México. "Mi lábaro no estaba hecho para el lucimiento de los desfiles. Es un airón de combate . Nada importa que lo borren de las placas que escribe la adulación y de los membretes del papeleo burocrático y de los estandartes que encabezan las procesiones del servilismo. Mi encargo es: que el actual escudo, con su lema, lo dejéis plantado en la trinchera más expuesta y bajo el fuego tupido de la metralla".ARR.(*) Don José Vasconcelos, "filósofo de la juventud de América", mencionó en una entrevista que "el orígen del Pentathlón no podía ser inmanente".AOP.

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